Piden que Falcón cambie por Pirker

El diputado porteño Raúl Puy solicitó por medio de un proyecto de ley el cambio de nombre de la calle Ramón Lorenzo Falcón por el de comisario General Juan Ángel Pirker. Según Puy “Falcón se destacó como represor, sembró muertos y heridos, y desalojó a obreros socialistas y anarquistas”.

El diputado de Diálogo por Buenos Aires, Raúl Puy, presentó un proyecto por el cual propone el cambio de nombre de la calle Ramón Lorenzo Falcón por el de comisario General Juan Ángel Pirker.

Puy afirmó en los fundamentos de la iniciativa que “el cambio de denominación que estamos proponiendo es un caso emblemático de la lucha contra los bronces malditos que lleva el columnista del diario Página 12, Osvaldo Bayer. Cuando el coronel Ramón Lorenzo Falcón era Jefe de Policía de la ciudad de Buenos Aires perpetró una masacre obrera en una marcha por el 1º de Mayo de 1909 porque en vez de tener la bandera azul y blanca tenían la bandera roja”.

Asimismo, agregó: “Haciendo un poco de historia se puede decir que el ténebre coronel Ramón Lorenzo Falcón se destacó como represor. Sembró muertos y heridos, desalojó a obreros socialistas y anarquistas en la célebre ‘huelga de las escobas’. El 1º de mayo de 1909 generó lo que se conoce como la Semana Roja. Se incendiaron imprentas y bibliotecas, y se clausuraron locales de sindicatos. La Bolsa de Comercio y la Cámara de Cereales lo homenajearon por su rectitud y su valor ante la delincuencia ácrata”.

Puy señaló: “Hoy, después de la Avenida Rivadavia, la calle más larga de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es la calle Ramón L. Falcón y nadie lo modificó y los cadetes de policía se gradúan en la escuela que también lleva su nombre”.

Asimismo, explicó: “La contrafigura del tenebroso personaje que acabamos de reseñar es el comisario General Juan Ángel Pirker. Desde mediados de 1986 hasta su prematura muerte en febrero de 1989, desempeñó la Jefatura de la Policía Federal con un con alto grado de honradez, imaginación, sentido común y compromiso personal, asumió la compleja responsabilidad de iniciar un proceso, aun demorado e incompleto, de transformar la fuerza para servir a las necesidades de un estado democrático”.

En otro de los párrafos del proyecto se manifiesta que “para algunos escépticos Juan Pirker era sólo otro policía, de buenos modales, lenguaje abierto y libre de protocolos burocráticos, hincha de Boca y simpático. Para quienes trabajaron con él y lo trataron, y de esto pueden dar fe no sólo quienes fueron funcionarios de ese gobierno sino toda la dirigencia política y los líderes y representantes de los más variados intereses comunitarios, Pirker era muchísimo más que un buen policía con buenos modales”.

Y agregó: “Era el policía capaz de aportar criterios de equilibrio y moderación, acompañados de soluciones siempre imaginativas, eficientes y respetuosas del derecho, enfrentando con rigor ejemplar tanto a los focos de corrupción como a las rémoras del pasado violento que se expresaban en nuevos modos de criminalidad como los secuestros extorsivos”. [Alejandra Lazo: ADN Ciudad]